sábado, 14 de noviembre de 2009

Periodismo hipermedial: Presencias. Relatos de vida en el espacio de los muertos

En calidad de estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia y con un enfoque poco tradicional, Isabel González (@MonaIsa) realizó su tesis de grado sobre las presencias que habitan diferentes cementerios de la ciudad de Medellín, Colombia. Dando como resultado una producción hipermedial que bajo una licencia Creative Commons, se encuentra en la Web disponible para que cualquier persona la mire y la comente.

La palabra hipermedia se refiere, en este caso, a un contenido conformado por diferentes elementos como audios, textos, mapas e imágenes con el que los usuarios pueden interactuar. En el periodismo este formato recién se está comenzando a utilizar como consecuencia de la aparición de los Social Media, ya que gracias a estos los periodistas cuentan con mayores posibilidades para contar y dar a conocer sus historias. Presencias. Relatos de vida en el espacio de los muertos, es un gran ejemplo.

presenciasAsí que, con el fin de profundizar un poco sobre este proyecto, hablé con Isabel, quien me compartió su experiencia a la hora de utilizar otros lenguajes narrativos dentro del periodismo digital.
Según ella, todo comenzó porque en el primer semestre de su carrera hizo una visita al cementerio de San Pedro, y éste le pareció un lugar lleno de vida.

“Quise empezar a buscar todas esas apropiaciones y usos en varios cementerios de la ciudad para comparar un poco”.

Años después, y con la obligación de hacer un trabajo de grado como requisito para graduarse como periodista, en el 2008 comenzó la investigación y ejecución de su proyecto que duró 8 meses. Lo interesante es que ella, a diferencia de sus compañeros - dentro de los que me incluyo-, pensó en un formato diferente, trasladando sus historias a la Web, donde a través del lenguaje hipermedial logró hacer una completa investigación.

“Si hubiera estudiado hace 20 años, seguramente hubiera escrito un libro de crónicas, y eso era lo que en principio había pensado, pero al ver tantas posibilidades para completar mis historias quise acudir a las bondades de la tecnología para no limitarme y poder mezclar varias cosas que me encantan hacer: tomar fotos, escribir, un poco de video y audio. Además, el hecho de presentar la información de este modo, permite que las personas seleccionen lo que les interese y el orden en que lo desean ver”.

Otras razones que la motivaron para contar sus historias desde lo hipermedial fueron:
  • Tienes la opción de que mucha gente pueda visualizarlo, el primer día de publicación el sitio tuvo más de 100 visitas en unas cuantas horas. La web te posibilita que tu trabajo no se quede anaquelado o que gastes mucho dinero en distribuirlo”.
  • El público puede encontrar diversas posibilidades para conocer una misma historia, además de comentar y hablar de tu trabajo. En esta medida el trabajo académico se retroalimenta y el público deja de ser un simple receptor de contenidos”.
Así mismo, se puede decir que se inspiró en los multimedias que se hacen en El Clarín, en Semana.com y en otros proyectos en los que se habla del uso de los espacios de la ciudad, tales como Caminandobogota.net.

A continuación algunas preguntas que le realicé a Isabel sobre el contenido de Presencias. Relatos de vida en el espacio de los muertos, cuyo trabajo los invito a ver.

¿Qué contaste en esta producción?

“Hay un acercamiento a los usos tradicionales de los espacios pero mi interés principal era encontrar esas historias que evidenciaban las apropiaciones, esas actividades paralelas que se dan al interior de los cementerios y que no necesariamente tienen que ver con el ritual funerario. Al contrario, cuentan que los vivos son quienes construyen y cargan de sentido los cementerios, son quienes los habitan”.

¿Cuál historia de las que encontraste te llamó más la atención?

Corrí con la suerte de encontrar personajes muy fuertes en cada uno de los cementerios, muy diferentes entre sí y que lograban contar muy bien lo que yo estaba buscando. Un vigilante que canta en un cementerio cerrado mientras lo convierten en parque cultural, un grupo de muchachos que va hacer una tarea del colegio al cementerio municipal, una madre e hijo que cruzan diariamente un cementerio privado para ahorrarse 20 minutos de camino, una señora que considera al cementerio más tradicional de Medellín como su hogar porque allí tiene a casi toda su familia y además, creció en la cripta de una iglesia. A todos los recuerdo con mucho carió y gratitud por dejarme contar sus historias”.


¿Cómo fue ese proceso, de lograr la confianza de los personajes?

Es cuestión de paciencia. Un día el director Gonzalo Arijón, uruguayo, me dijo que uno debía "merecerse las historias" y eso es cierto. A veces los periodistas creemos que la gente tiene la obligación de contarnos sus vidas, de dejarnos penetrar en sus detalles porque queremos contarlos y no es así, hay que cortejarlos, por decirlo de algún modo, con mañita y con cariño, que ellos sepan qué es lo que se está haciendo y para qué, que se sientan cómodos hablando, como si el periodista no estuviera. Tampoco es para decir que uno se convierte en amigo, pero por lo menos se deja abierta la puerta de la confianza, intentando que ellos no se sientan explotados y que les nazca hablar. Para eso, el tiempo es lo más indicado”.

Por último, ¿quiénes te ayudaron?

“Empezando por el equipo de Altair Libre que estuvo pendiente de todo el proceso. Jorge Montoya estuvo en toda la parte del diseño; Ronal Castañeda hizo la cámara; las asesorías fueron con Andrés Duarte, Alejandro Cook y Maritza Sánchez; la edición de video con Evelio Ramírez, Camilo Toro y Jorge Montoya; el de audio con Andrés Montaño; y en la fotografía estuvieron Andrés Montaño, Vanessa Reyes, Jorge Caraballo y yo. En fin, es un grupo de fácilmente 20 personas que se vincularon de alguna manera sin esperar nada a cambio. De ahí que el trabajo tenga una licencia Creative Commons”.


*Publicado originalmente en Pulsosocial

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